El dimecres passat mentre escoltava el
post-partit del Barça-Atlètic de Madrid vaig recordar que havia de fer una
entrada en aquest blog, mentre hi pensava va sonar una secció que em va cridar
l’atenció. Aquesta, feia un resum, en vers, del partit. Aquesta secció es feta
per l’actor i director de teatre català Joan Ollé.
La tdp, l'estona final. (min 10) Joan Ollé
Arran d’haver-la escoltat vaig decidir que, en
aquesta entrada, tractaria el tema del futbol dins la literatura. Per a fer-ho vaig fer una recerca per
internet i, per sorpresa meva, vaig
trobar moltes obres literàries que parlaven d’aquest tema. Això, em va
sorprendre molt ja que no m’esperava que una obra poques estar basada en una
cosa tan planera com un partit de futbol. Vaig trobar llibres com: “Futbol, una religión en busca de Dios” de Manuel Vázquez Montalbán o algun poema de
Miguel Hernández... Però la obra que més em va cridar l’atenció va ser un poema
de Rafael Alberti anomenat: “Oda a Platko”. Rafael Alberti
(1902-1999) va ser un poeta espanyol que pertanyia a la Generació del 27.
"Oda a Platko"
Ni el mar,
Que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia, ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
Rubio Platko de sangre,
Guardameta en polvo,
Pararrayos.
No, nadie, nadie, nadie,
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
Rubio Platko tronchado,
Tigre ardiente en la hierba de otro país,
Que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia, ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
Rubio Platko de sangre,
Guardameta en polvo,
Pararrayos.
No, nadie, nadie, nadie,
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
Rubio Platko tronchado,
Tigre ardiente en la hierba de otro país,
¡ Tú, llave, Platko, tú llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo!
No, nadie, nadie, nadie, Nadie se olvida, Platko
Volvió su espalda el cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas, sin viento
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por tu sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.
No, nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar
Fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza
Fue tu vuelta.
Azul heroico y grana
mando el aire en las venas
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin
plumas, encalaron la hierba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
!Y todo por ti Platko,
rubio Platko de Hungría!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie, se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
!Oh Platko, Platko, Platko
tú tan lejos de Hungría!
¿Que mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no nadie, nadie, nadie.
No, nadie, nadie, nadie, Nadie se olvida, Platko
Volvió su espalda el cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas, sin viento
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por tu sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.
No, nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar
Fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza
Fue tu vuelta.
Azul heroico y grana
mando el aire en las venas
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin
plumas, encalaron la hierba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
!Y todo por ti Platko,
rubio Platko de Hungría!
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie, se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
!Oh Platko, Platko, Platko
tú tan lejos de Hungría!
¿Que mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no nadie, nadie, nadie.
Rafael Alberti
Alberti, va dedicar aquest poema a un porter hongarès que va passar pel Barça anomenat Franz Platko. L’autor va escriure el poema després de la final de la copa d’Espanya del 1928 quan el porter va patir un fort cop al cap i va acabar el partit amb una vena al cap. Per a mi és molt interessant veure que en un poema, no només es tracten coses tan profundes com l’amor o la tristesa sinó que en aquest es poden elogiar coses menys profundes com la actuació d’un porter de futbol. Com he pogut observar durant la realització d’aquest text la literatura no està gens allunyada de les coses populars com, en aquest cas, el futbol.
Guillem
Martín Sesé 1rBatx D
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